Prometimos volver al jardín y aquí estamos, en el aperitivo lleno de sabor y color que preparamos entre Balbona, el equipo del Palacio y nosotras.
Mesa de quesos y jamón, rincón de la sidra… y muchas ganas de pasarlo bien. No faltó detalle.
Para el protocolo de mesas contamos con una aportación muy especial: las acuarelas que pintó la madre de la novia y que colorearon también las minutas. Llenamos los tarros con flores variadas que parecían recién cogidas del campo.
En el interior del palacio el color siguió siendo protagonista y cualquier elemento nos parecía la excusa perfecta para teñirlo todo un poco más: velas, jarroncitos, vasitos para minivelas y flores. Todo partía de la presidencial y continuaba en el resto de las mesas. Una forma bonita de tener un pedacito de todas las mesas en la de los novios y un trocito de los novios en todas las mesas.
Pero lo que mas color aportó no fue una flor, no fue una vela, no fue un cacharrito. Fue la sonrisa de los novios, las ganas de sus invitados y el entusiasmo de todas las personas que participaron para que todo saliera bien.
Fotos: Mercedes Blanco