La boda de Elieen

Empezamos el año recordando lo que más nos gusta decorar: las bodas. Hemos elegido para esta ocasión tan especial a una novia del año pasado, que decidió casarse tras varios cambios de fecha a pesar de todo y demostrando que el amor todo lo puede.

A una boda no la hace más especial el tener más o menos invitados, lo que la hace inolvidable es la ilusión de los novios y sus ganas de dar un paso tan importante. Y eso se lo queremos recordar a todas las parejas que viven estos meses con nervios e incertidumbre. Valga esta boda, en tiempos tan extraños, para demostrar que la belleza y la ilusión no entienden de pandemias. Elieen tenía las cosas muy claras, quería algo sencillo, y nada hay más sencillo que las margaritas, que fue lo que elegimos, junto con unas ramitas de olivo para su ramo de novia.

Ese gusto por lo natural lo mantuvimos en toda la decoración y además, quedaba precioso en pleno verano.

Para casarse eligieron la preciosa capilla de San Esteban de Leces, al lado de Ribadesella, lugar donde veraneaba el novio y que tiene vistas al mar y una entrada rodeada de jardín a la que fueron llegando los invitados.

Para enmarcar la capilla utilizamos unos cestos de distintas alturas con vegetación, que encajaba muy bien con el entorno y destacaba sobre la fachada.

Adornamos el altar con una guirnalda y colocamos dos centros a ambos lados del Sagrario, centrando toda la atención en lo verdaderamente importante.

A la salida, y rumbo a la celebración, los novios pararon a hacerse unas fotos con Pelayo Lacazette que han dado la vuelta al mundo y con las que nos despedimos hasta la semana que viene.