El azul es el color favorito de la novia y es el mismo que tiene el mar, que apasiona al novio. Por eso nos es difícil imaginar a donde estuvieron mientras los invitados se dirigían al Palacio de Valdesoto.
En el Palacio de Valdesoto estaba todo preparado para recibirles, el equipo de Isaac del Real Balneario de Salinas había estado trabajando para que los invitados vivieran, junto con los novios, un día inolvidable.
Adela les estaba esperando a su llegada y de la lluvia, con la que había empezado el día, ya no quedaba rastro, así que pudieron disfrutar del jardín.
El protocolo de mesas estaba en la entrada del salón, aprovechando un espejo del palacio y como os podéis imaginar, las mesas tenían el nombre de algunas de sus calas favoritas.
Dividimos el salón en dos ambientes: una para la cena y otra para el baile. Para separar las dos zonas usamos candelabros con velas y hiedra.
Los grandes ventanales del palacio creaban la ilusión de estar en cenando en medio del jardín. La mesa presidencial tenia un centro alto y distinto al resto, que tenían cacharritos de cristal con hortensias y flor blanca.
Los invitados recibieron a los novios con globos de luz y música. Lo que no sabían es que ellos tenían preparada una sorpresa que iluminaria sus caras minutos más tarde.
Adriana y Javi dieron a algunos invitados cartas que les habían escrito para agradecerles su cariño y decirles lo importantes que eran para ellos. Este detalle tan personal emocionó a todos y dejo sin palabras a los que las recibieron.
Pero no solo dieron la cartas, también el ramo de novia dividido en dos con sus respectivas chapas de La Señorita. Un recuerdo para siempre.
Y después tantas emociones llegó una más: el primer baile de muchos más.
Fotos: La Mar Studio.