Eso pensaron Arancha y Ángel cuando decidieron casarse en esa época del año. Los meses previos los vivieron con mucha ilusión y eso se notaba en cada detalle que escogían y en sus sonrisas.
La novia eligió a Nicolas Costura para que hiciera su traje. Su tocado en tonos dorados nos inspiró para hacer un ramo con distintas rosas, peonias y paniculata y quedó tan dulce como ella.
La ceremonia fue en San Juan el Real, una iglesia situada en pleno centro de Oviedo, con mucho color así que optamos por una decoración en tonos verdes y blancos centrada en 3 puntos: la entrada, la escalinata y el altar.
Aunque fuera llovía, en el interior no parecía un día gris. Las copas de piedra se mimetizaban perfectamente con la barandilla, haciendo que pareciera un elemento más de la basílica y que resaltaran más las flores.
A la salida, los novios y sus invitados pusieron rumbo al Hotel de la Reconquista. Allí les esperaba el aperitivo en el hall y mil fotos y conversaciones. Pusimos un protocolo de mesas en el centro del salón, con mucho verde para darle un punto de frescura.
El color calabaza, que le gustaba a la novia, fue protagonista del logo que diseñaron para su boda y que estaba presente en toda la papelería y también en las flores.
El almuerzo fue en el patio de los gatos. Para la ocasión vestimos el corredor con una enredadera que trepaba por la barandilla y colocamos la mesa presidencial en el centro del salón para que todos los invitados sintieran que tenían cerca a los novios. Además de sillas diferentes, diseñamos un centro alto con base de flores y pequeñas calabazas y pinchos de castañas como adorno otoñal.
Gracias a Mercedes Blanco por sus bonitas fotografías y a Arancha y Ángel por pensar en nosotras para un momento tan especial.