Decidimos titular el post así porque felicidad es la mejor palabra para definir a Gladys y Juan. Ellos son la alegría, el optimismo, las ganas… y la suma de todo eso da por resultado la felicidad.
Participar en la boda de dos personas que se quieren tanto fue un auténtico placer. Todo fue fácil, confiaron a ciegas y se dejaron llevar.
Nuevamente trabajamos mano a mano con Paula de Living las bodas, con la que volveremos a coincidir mucho este año.
Gladys es una persona muy especial y su vestido no iba a ser menos. Alfonso Pérez fue el encargado de diseñar un traje irrepetible, con encaje, muchos cortes y un toque de color dorado que nos inspiró para crear el ramo.
Las mangas infinitas con efecto capa nos hicieron pensar en un ramo largo, con lisianthus color crema atados con una cintas dorada que nos trajo el diseñador y de las que colgaba un camafeo antiguo.
La ceremonia civil se celebró en los jardines de la Riega, con la ciudad de Gijón y el mar Cantábrico de fondo.
Querían algo informal, alegre y muy participativo. También que sus sobrinos estuvieran en primera fila y que los invitados no perdieran detalle de todo lo que ocurriera.
Buscamos sillas por todo el palacio, desde la terraza hasta la última de las habitaciones. No eran iguales pero eso no importaba, quedaba bonita la mezcla de distintas formas, colores y materiales.
Enmarcamos el pasillo con capazos, frascas de cristal y faroles. Enfrente de todas las sillas había una zona reservada para los novios y otra, muy cerquita, para su cortejo de arras.
Colocamos dos bancos, uno para Gladys y Juan, bajo un arco recubierto de vegetación y capazos llenos de flores, y otro de madera blanca para los niños.
Mezclamos hortensias blancas, rosas y azules con otras flores para darle un aire campestre y alegre huyendo de la ceremoniosidad y creando el ambiente distendido que querían los novios.
La novia salió del Palacio acompañada del padrino y de sus niños de arras, ellas llevaban unas medias coronas de flores rosas trenzadas por Mónica.
Fue una ceremonia preciosa, llena de sonrisas, palabras bonitas, besos, abrazos y mucho, mucho amor.
Hay bodas en las que la fiesta empieza mucho antes del baile, y esta es una de ellas.
Continuará…
Fotos: JfK imagen social