Sus primeros minutos como marido y mujer los pasaron dando un paseo con sus hijas y disfrutando de la tranquilidad del campo.
En Casa Trabanco todo estaba listo para recibirles y es que todos tenían muchas ganas de celebrar y pasar un rato inolvidable juntos.
El mostaza siguió salpicando la decoración con su particular color y el verde del paisaje fue también muy protagonista del aperitivo en el jardín y de la cena en el llagar que se sirvió después.
Dentro estaba cuidado hasta el último detalle y es que se nota mucho cuando a la gente le apasiona su trabajo y se desvive por los invitados.
La decoración del techo y la iluminación enamoraron a los novios que tuvieron claro que querían celebrar allí su boda y guardar un pedacito de Trabanco en sus recuerdos.
Fue una boda con muchos niños y eso se notaba en el ambiente y también en el centro de mesa con globos que prepararon para que los pequeños pasaran, a su manera, un día inolvidable.
Buscamos velas del mismo tono que los árboles que rodeaban el llagar, ese verde intenso, tan asturiano, tan vivo, tan nuestro. Y le volvimos a dar el toque de color con flores mostaza.
No podemos estar más contentas de estar guardadas en el cajón más bonito del mundo: el de los recuerdos. Gracias por hacerlo posible.
Fotos: Doble Lente Boda