Conocemos a Lola desde que era una niña, así que nos hizo mucha ilusión cuando vino a contarnos que se casaba. Quería una boda llena de significado y en la que estuviera muy presente su madre, que falleció meses antes de que se casara. Por suerte, le dio tiempo a conocer muchos de las ideas que ese día se hicieron realidad y estamos seguras que vivió ese momento desde el cielo con una gran sonrisa.
Lola contó para los preparativos con la compañía, la alegría y la energía de dos de íntimas amigas: Macarena y Carlota, que le ayudaron con los preparativos y a vestirse la mañana de la boda.
Luanco tiene para los novios un significado especial, es su sitio favorito y quisieron que en el ramo y en la decoración estuvieran presente los azules del mar y del cielo. Empezando por el ramo de novia pensado para acompañar el vestido de tul tan romántico que eligió Lola para su gran día.
La boda fue en Santa María de la Corte, una Iglesia preciosa, con mucha historia y encanto. Aprovechamos las escaleras de la entrada para colocar un adorno en el que las hortensias eran protagonistas. Las mismas que daban un toque de color a la zona donde empezaban los bancos y a los pies del altar, que decoramos con distintos centros sustituyendo al clásico adorno único.
Lola y Pelayo no dejaron de sonreír después de prometerse algo que ya habían cumplido antes, estar juntos en lo bueno y en lo malo. Y es que, estamos seguras que ahora les esperan cosas maravillosas por vivir.
La celebración fue en Hotel España, un clásico de Oviedo a escasos metros del lugar de la ceremonia donde Deloya había preparado un aperitivo y un menú riquísimo. Los colores verde y azul, tan asturianos, fueron protagonistas en las velas, los centros de mesa y en la papelería.
El photocall era un homenaje a una de las pasiones de la novia: Sevilla y su feria. Y es que no nos cabe duda que fue una noche con mucho arte.
Fotos: Mama Glorietus