Una boda de verano en Meres I

El verano es una época preciosa para casarse y el Palacio de Meres uno de los espacios más bonitos que tiene Asturias para celebrarlo. Así que cuando Teresa vino a vernos y nos contó la fecha y el lugar elegido, nos pusimos a pensar ideas. Ella, además de ser un encanto, tenía las ideas muy claras y fue una novia muy práctica que nos hizo super fácil todo.

Le hicimos un gran ramo de peonias blancas, que encajaban perfectamente con su vestido que tenía unas líneas muy puras y el velo tan ligero que llevaba. Era sencillo y especial y lo adornamos con unas medallas que nos trajo que tenían un gran valor sentimental.

Cuando estaba en la tienda, vio una foto de una guirnalda que habíamos hecho y nos pidió que la replicáramos para ella. Enmarcamos la entrada con dos columnas esbeltas que trepaban por la fachada y dejamos que la belleza de la Capilla de Santa Ana hiciera el resto.

La semana que viene os enseñamos con más fotos de JFK la celebración.

La boda de Carmen y Andrés I

Carmen y Andrés se casaron el año pasado y quisieron una boda tradicional.

La novia, en homenaje a su suegra, eligió las margaritas para su ramo. Nos pareció muy bonito que sus flores tuvieran un significado y lo creamos con mucho cariño, reflejando también el aire vaporoso y romántico que tenía su vestido.

Carmen disfrutó de los preparativos en una de las habitaciones del palacio, rodeada de su familia.

La ceremonia fue en la Capilla de Santa Ana. Nos pidieron una decoración que fuera sencilla y solemne para la parte más importante de su gran día.

Las hortensias blancas lucían imponentes en un adorno que nacía del suelo y trepaba por la fachada de piedra.

Para el altar, trenzamos una guirnalda muy frondosa que colgaba de un extremo a otro y colocamos varios velones que ayudaban a crear un ambiente muy especial y es que esta capilla es una de las más bonitas que tiene Asturias.

La ceremonia fue muy emotiva y estuvo marcada por la profunda ilusión de los novios por darse el “sí quiero”.

La semana que viene os enseñamos con más fotos de Pelayo Lacazette cómo lo celebraron.

La boda de Elena

Si hay algo que nos encanta de esta boda, es la ilusión que pusieron los novios en todos los detalles emocionales. Fue una boda cargada de significado y de momentos especiales que os vamos a intentar resumir en unas líneas.

Elena, aunque es asturiana, vivió un tiempo en Sevilla muy cerca de La Macarena y se hizo muy devota. En una de sus visitas le pidió que le encontrara un novio sevillano para no volver al norte y la Virgen, aunque tuvo que ir un poco lejos, concretamente a Navarra, así lo hizo.

 En agradecimiento, además de llevarla en el corazón y en su ramo, quiso replicar una mariquilla como la que lleva Ella en su tocado.

Para el ramo de novia le apetecía mucho llevar anemonas, pero como estábamos fuera de temporada, solo pudimos prometerle que lo intentaríamos. Movimos cielo y tierra y se las trajimos de sorpresa.

Para acompañar a las anemonas y mantener el color metalizado del tocado, utilizamos cardos, eucalipto… el resultado fue un ramo muy especial.

Decoramos la Capilla de Santa Ana como nunca lo habíamos hecho: con muchas manzanas y colores muy metálicos. Buscando el contraste y dar calidez, pusimos velas en distintos rincones.

Como el novio es de Navarra, los invitados fueron testigos de una tradición muy especial con la imposición del pañuelo de San Fermín y la bendición del santo.

La salida fue bastante singular ya que los amigos les esperaban haciendo un divertido arco con balones por su pasión al balonmano.

El aperitivo fue el jardín, a cargo de Casa Gerardo, con buena comida y un ambientazo. Nos gustó tanto la idea de los tonos del ramo, que mantuvimos el mismo colorido el resto de la boda.

A los novios les apasiona el mundo del cine, así que les pareció perfecto que las mesas llevaran el nombre de sus películas favoritas. Además del centro que les preparamos, prepararon detalles especiales con distintas escenas del título elegido.

Los novios se pasaron bailando y saltando de felicidad toda la boda. Además, nos pidieron unos ramos para regalar y hemos sabido que están todos disecados para ser guardados por mucho tiempo, algo que no ha hecho mucha ilusión.

Y luego siguieron celebrándolo en París…

Fotos: Silvia GH Fotógrafa

La boda de Angela y Pablo

Esta semana queremos recordar la boda de Angela y Pablo en el Palacio de Meres. Para su gran día la novia se puso en manos de Macarena y Javier de FromListaWithLove, que diseñaron un vestido muy especial para acompañar una mantilla, colocada magistralmente por nuestro amigo Julio de Peluquería Suárez, utilizando como broches parte de la pulsera de pedida de su abuela.

Como el diseño lo admitía, hicimos un ramo ligeramente despeinado replicando el tono nude de los complementos.

Los novios querían que todo fuera silvestre, así que en la Capilla de Santa Ana mezclamos las hortensias blancas, las flores preferidas de Angela, con flor menuda. Buscando ese aire campestre, llenamos el altar con cestones de distintos tamaños y faroles.

Nacho Manzano y su equipo prepararon un aperitivo para sorprender a todos. Como el otoño empezaba a hacer acto de presencia, aprovechamos su colorido para decorar distintos rincones.

Para adornar el corredor utilizamos hojas de palmas, que recordaban a las casas de indianos tan características de nuestra tierra y las mezclamos con helechos, logrando una vegetación muy exuberante.

La mesa presidencial estaba abajo y la decoramos para que sintieran que estaban bajo un árbol. Los centros de mesa eran de una pieza única y tenían tonos muy vivos.

Para el primer baile y la fiesta eligieron la discoteca más bonita que hay en Asturias, el jardín del palacio. Fue inolvidable.

Fotos: Pelayo Lacazette

África en el corazón

Esta boda fue muy especial porque los novios quisieron que, aunque su boda se celebraba en Asturias, África estuviera muy presente.

Lola y Pedro colaboran con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol, Emalaikat en unos proyectos en Turkana, África. Ellos están muy involucrados y no se imaginaban un día tan feliz sin ellos, así que nos pusimos manos a la obra para reflejarlo.

El ramo fue un regalo de una amiga Cristina Matossian.

La ceremonia fue en la Capilla de Santa Ana y nos pidieron una decoración muy verde, así que pusimos dos árboles arropando el retablo y vegetamos todo el frente del altar.

Cubrimos los reclinatorios de los novios con un kitengue, que son las telas africanas que utilizan las mujeres para vestirse y que tienen un colorido muy especial.

El día fue soleado, así que disfrutar del aperitivo estaba garantizado. Para teñirlo de color, usamos como manteles los kitengues que nos había traído Lola de África y el resultado fue espectacular.

El protocolo de mesas era colgante y tenía como protagonistas las misiones en las que está trabajando la comunidad. Lola se encargó de la papelería y nosotras disfrutamos mucho dándole vida sobre una cortina vegetada.

Para los salones nos hicieron una petición muy singular, no querían macetas ni recipientes, así que pensamos una decoración en la que las flores nacían directamente de los manteles.

Tal y como querían, pudieron hacer el baile y la fiesta en el jardín.

Todo maravilloso, como ellos.

Fotos: Darío Martínez.

Celebrando la vida

Pocas cosas hay más emocionantes para nosotras que participar en las bodas de los hijos de nuestros amigos porque a esos niños les hemos visto crecer. Ese sentimiento nos acompañó durante los preparativos y el gran día de Anina, que no podía ser una novia más radiante y feliz.

Ella tenía muy claro el ramo que quería llevar: olivo y peonias. Una mezcla muy delicada que iba perfecta con su vestido de Teresa Patiño. Como nos trajo una medalla de la cruz de la Victoria que tenía unas piedras azules, elegimos una cinta de terciopelo del mismo tono para la empuñadura.

Tanto la ceremonia como la celebración fueron en el Palacio de Meres. Los novios querían algo sencillo, así que las hortensias fueron una opción perfecta para la decoración. Para la Capilla de Santa Ana las elegimos en blanco porque encajaban muy bien en una boda veraniega. Fue una Misa muy emotiva, con una homilía preciosa y unos novios emocionados.

En el ambiente había muchas ganas de celebrar y todo estaba preparado por el equipo de Casa Gerardo para que los invitados se llevaran un recuerdo inolvidable de ese día.

Hicimos una puesta en escena muy fresca, casi sin flores, pero sí con mucho verde que es lo que pide el ambiente en esa época del año.

Para el sitting plan los novios quisieron hacer algo muy especial. Pusieron como nombre de la mesa algo que unía a todas las personas que se sentaban en ella, acompañado de una acuarela pintada por María de Valma. Le dedicaron tiempo, pero el resultado hizo sonreír a todos los que iban a ver dónde les tocaba sentarse.

En los salones del palacio parecía que se colaba un pedacito del verano. Las acuarelas fueron las grandes protagonistas de la decoración, así que preparamos pequeños centros con hortensias de colores.

Fue una boda en la que, miraras donde mirabas, veías alegría. No hay mejor decoración.

Fotos: Cristina Cañibano

Hortensias azules II

A la salida de la Iglesia, les esperaba un día espectacular y un homenaje culinario de la mano de Casa Gerardo. Sombrillas abiertas y bebidas fresquitas fueron los mejores compañeros para los centros que habíamos preparado.

La papelería fue obra de María Vigil que interpretó las hortensias azules que tanto le gustan a Ana en un dibujo bonito y campestre y que nos inspiro un sitting plan con un aire muy relajado.

En el interior del palacio, tratamos de que los centros de mesas fueran una continuación de las acuarelas y reflejaran el verano y el campo.

Pero nada dio más color que el buen ambiente que se respiraba en la celebración. Ganaron las ganas.

Fotos: JFK Imagen Social

Hortensias azules I

Ana se casaba en julio y le apetecía una boda muy campestre y veraniega. El sol hizo su aparición y nosotras nos pusimos manos a la obra para reflejar aquello que nos había contado.

El ramo era totalmente “de prao” con flores que parecían recién cortadas de los jardines que rodean al palacio y que encajaban de maravilla con su alegría y juventud. Lo recibió durante los preparativos acompañado de una lectura cumpliendo una emotiva tradición.

Como es una enamorada de las hortensias azules quiso que estuvieran muy presentes en su boda, así que llenamos con esas flores tan nuestras la capilla de Santa Ana.

Toda la boda tenía detalles de ese color, desde su cortejo hasta los pétalos de hortensias que dejamos preparados para que les lanzaran a su salida. Las velas y los cestones completaban ese aire especial que se crea en esa época del año.

Los novios salieron, a pesar del día soleado, bajo una preciosa lluvia de pétalos de hortensias empapados de felicidad.

La semana que viene, os contamos más.

Fotos: JFK Imagen Social

La uva y sus colores II parte

Mantuvimos la misma estética en la celebración que en la ceremonia, muy centrada en el campo, en lo silvestre y en el colorido de la uva.

Cuando nos enseñaron unos grabados familiares tuvimos claro que no podían faltar en el sitting plan, así que los integramos en la decoración que hicimos con cajas antiguas de fruta, uvas y flores. Ana Villaverde, amiga de la novia, diseñó una papelería ideal para que todo quedara en perfecta armonía.

En el interior, decoramos la balconada con verdes y colocamos un centro XXL en el patio, para dar protagonismo a la mesa presidencial.

Los centros del resto de las mesas estaban formados por distintas piezas en las que colocamos uvas y flores como peonias, limonium, rosita spray, clavelina…

Fue una boda muy especial y nos encanta tener estas fotos de JFK de recuerdo.

La uva y sus colores I

Julia, la novia, es íntima amiga de una de nuestras hijas por eso nos hizo una ilusión enorme cuando nos contó que se casaba. Tras un cambio de planes por la pandemia, llegó el momento de celebrar su gran día en el Palacio de Meres.

La temática nos pareció apasionante: el mundo de la uva, ya que está estrechamente muy ligada a la historia de la familia del novio. Así que nos pusimos manos a la obra para hacer algo diferente y especial.

El ramo de novia era una propuesta muy delicada pensando en las telas antiguas con las que estaba hecho su vestido. Era muy sutil y tenía como protagonistas a los guisantes de olor blancos.

En la fachada de la capilla de Santa Ana adornamos las columnas de piedra, colocando unas bases con flores naturales que enmarcaban la entrada y arropaban la salida.

Sobre el Altar colocamos una guirlanda y dos torres de flores a ambos lados del Sagrario, creando la apariencia de un adorno único.

La tela estampada con la que cubrimos los reclinatorios y todas las flores que usamos estaban inspiradas en los tonos de la uva y eran ideales para la época del año en la que se celebraba la boda: primavera.

La semana que viene os enseñamos la celebración que fue igual de especial.

Fotos: JFK Imagen Social