La celebración tuvo lugar a pocos metros del lugar de la ceremonia, en uno de los emplazamientos más singulares de Somió: Villa María.
Durante meses trabajamos mano a mano con Orca Eventos para que todo saliera perfecto. Ellos se encargaron de coordinar todo para que ese día todas las piezas del puzle encajaban de maravilla y para nosotras, además de una tranquilidad, fue un placer. En esas reuniones también estuvo el equipo de Casa Gerardo, con los que nos encanta coincidir, así que trabajamos muy a gusto.
El aperitivo tuvo lugar en los jardines franceses que rodean a la casa, amenizados por las gaitas y por una propuesta gourmet que fascinó a todos.
Hicimos un gran adorno circular con inspiración asturiana por el que pasaron muchos invitados para inmortalizar el momento.
En el jardín trasero, Orca Eventos planteó una gran carpa para que todos los asistentes estuvieran en el mismo espacio. Se adornaron los pilares y se cubrió con tela de camuflaje el techo para que quedara lo más integrada posible. En su interior, todo estaba cuidado al detalle.
Los centros altos convivían con otros bajos para dar sensación de movimiento y mezclamos flores con frutas para reflejar la frescura de una comida de verano.
Los novios abrieron el baile antes de poner rumbo al llagar, donde empezó una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
Fotos: Pelayo Lacazette.