Llevamos muchos años haciendo y vendiendo centros con flores secas pero nunca nos habíamos dedicado a secarlas nosotras en la tienda hasta que empezó el confinamiento. De un día a otro nos vimos con muchísimas flores y, aunque regalamos muchas, pensamos que era un buen momento para probar a secar todas las rosas que teníamos. También aprovechamos los cardos que teníamos para hacer lo mismo.
Hicimos ramilletes con las rosas, los atamos con una cuerda y los colocamos boca abajo en una zona oscura y seca. No hicimos esto con todas las rosas, solo con aquellas que estaban en un momento perfecto de maduración. Si empiezan a estropearse ya es tarde para secarlas.
Semanas después nos dimos cuenta de que había colores a los que les sentaba mejor este proceso que a otros: los más bonitos son las rosas de colores claros. Las rojas por ejemplo, quedan muy oscuras pero también son muy especiales. Para que veáis lo que decimos, os enseñamos unas flores de las flores en su versión fresca y seca.
Nos sorprendieron mucho lo bonitos que quedaron unos cardos de un cultivador local, que además de dar color, tienen una forma preciosa.
Las hortensias suelen secarse solas en el jarrón. Basta con poner dos dedos de agua en el jarrón y dejar que se consuma.
Lo último que os queríamos contar antes de despedirnos es que no hace falta que, si queréis disecarlo, colguéis el ramo boca abajo nada más que os llegue. Podéis disfrutarlo unos días y justo antes de que empiece a estropearse, darle una segunda vida secándolo.
Y así, algo temporal, será para siempre.