Alegato a las bodas de invierno

Al invierno cada vez le queda menos y queremos enseñaros una editorial en la que hemos participado inspirada en esta época del año, quizás a los que estáis dudando si casaros en esta época del año os ayude a decidiros porque es, sin duda, muy especial.

Las bodas de invierno son elegantes y acogedoras, tiene un aire muy íntimo, quizás porque tienen lugar en espacios cerrados que invitan al recogimiento, creándose un ambiente muy familiar.

Son bodas que se esperan con muchas ganas porque, al haber pocos eventos nupciales en estos meses, se viven con mucha ilusión. También porque como hasta hace poco no era habitual casarse entre noviembre y marzo, son muy singulares.

Las bodas de invierno tienen una elegancia especial, será porque el frio invita a sacar las pieles, los vestidos de terciopelo, los guantes…

Hay quien dice que el problema de esta época es la luz, a lo que nosotras les respondemos encendiendo velas y más velas que dan un ambiente de lo más especial.

Además, permiten jugar con la decoración con las flores y vegetación del momento creando una versión diferente de espacios y haciéndolos, de alguna manera, nuevos a los ojos de los que los miran.

Si necesitas una señal para casarte en invierno, aquí la tienes.

Gracias a todos los compañeros que han participado en esta editorial, una historia del Catering Manzano y Nordinarios en la que han colaborado también Lucia Incera con sus maravillosos vestidos, Reyes Tabares y Peluquería Suárez por sus maravillosos maquillajes y peinados, y Nordinarios con estas maravillosas fotografías.

La boda de Mila

Mila es una de nosotras, estuvo ayudándonos durante mucho tiempo. Cuando nos contó que se casaba, la tienda se convirtió en una fiesta, nos pusimos super contentas y empezamos a idear mil cosas.

A ella le apetecía que todo fuera sorpresa, así que fue muy divertido porque solo podíamos hablar cuando no estaba delante. Al conocerla tan bien nos resultó muy fácil idear una decoración especial.

Como la boda era en pleno invierno, pensamos en un ramo con un aire muy invernal, además al novio le encanta la montaña y nos pareció bonito que reflejara ese paisaje con sus verdes helados y el blanco de las primeras nieves.

La ceremonia fue en el Rey Casto, una capilla preciosa pero que tiene muchas limitaciones en cuanto a la decoración. Nos apetecía hacer algo importante, así que pensamos en dos grandes grupos de adornos a ambos lados de la verja y jugamos con la altura para que los novios estuvieran arropados.

La celebración fue en La Riega. Para el protocolo de mesas nos trajeron unas acuarelas pintadas por el tío del novio de distintos picos de montañas, así que lo ambientamos con un aire boscoso, con muchas hojas y ramas, cestos y troncos.

A Mila le apasiona Harry Potter y quisimos hacerle un guiño decorando la zona de la chimenea con muchas velas que parecían flotar por arte de magia.

También le gustaban las calabazas, y le llevamos decenas de ellas de todos los tamaños para dar un original toque de color.

Para que se sintieran como en casa la primera vez que se sentaban juntos a la mesa como marido y mujer, sus madres nos trajeron un mantel y distintas piezas de casa que utilizamos para la presidencia.

En el resto de las mesas alternamos dos propuestas distintas, ambas con muchas velas y dando gran protagonismo a los colores brezo, naranja y verdes.

Fue una boda muy especial, y es que ellos no merecían menos.

Fotos: Mercedes Blanco

Una boda en el Palacio de Cutre

Estamos viviendo una etapa muy entrañable en la que, muchas de las bodas que decoramos son de amigos de nuestros hijos o de hijos de nuestros amigos.

Ver entrar por la puerta de la tienda a “niños” que hemos visto crecer a contarnos que se casan nos hace una ilusión tremenda y ponemos todo el entusiasmo en proponerles algo especial para su gran día.

Cecilia y Guillermo son amantes de la arquitectura y la decoración y disfrutaron mucho de todos los preparativos, implicándose y eligiendo hasta el último detalle. Les apetecía que todo fuera frondoso y verde, así que decoramos la catedral en esos tonos.

La novia llevaba un vestido muy especial: el de su madre, algo que nos pareció emocionante, ya que además era una creación de nuestra amiga Cova Plaza, a la que echamos mucho de menos porque es una gran artista.

La celebración tuvo lugar en el Palacio de Cutre y fueron los primeros que inauguraron la carpa, que ha quedado espectacular. Un gusto ir a trabajar allí.

El aperitivo fue en el jardín, disfrutando del espectacular paisaje que es, para nosotras, una de las mejores decoraciones que existen.

En un entorno tan bonito, encajaba perfectamente la idea de jugar a que la naturaleza se hubiera colado dentro del espacio, haciendo que todo resultara espontaneo, igual que ellos que llegaron al banquete en vespa y con muchas ganas de celebrar.

En interior estaba decorado con muchas velas a distintas alturas, que daban un ambiente especial y seguimos dando gran protagonismo al verde, mezclándolo con pequeños toques de color para hacer contraste. Buscábamos una propuesta que resultara alegre y veraniega.

Fue una boda increíble, con unos novios entregados y muchas ganas de celebrar el amor.

Fotos: David Fernández