El verano tiene algo que le falta al resto del año: la alegría, el buen tiempo, las hortensias…igual es la suma de todo.
Teresa eligió esta época del año y la ciudad donde la vimos crecer para dar el sí a Pelayo en dos de los escenarios más típicos de Oviedo: la Catedral y el hotel Reconquista.
En una de las habitaciones se vistió acompañada de su familia. Allí se puso su traje, un elegante diseño de Marcela Mansergas con una preciosa cola. El ramo tenía un aire clásico con un punto actual, inspirado en la juventud y la madurez de Teresa. Mezclamos Achemilla, Lisiantus, Astilbe…y colocamos una medalla de la Virgen con un significado especial para ella.
La novia entró del brazo de su padre y acompañada por su cortejo y su hermana. Para arroparla en su camino al altar, colocamos copas con plantas y hortensias a lo largo del camino. La decoración fue sencilla porque el retablo, rico en detalles y color, tenía gran protagonismo.
La ceremonia fue muy emotiva, repleta de gestos y detalles, entre ellos la ceremonia de velación.
Los novios recorrieron sus primeros pasos como marido y mujer con una enorme sonrisa y con todos sus invitados como testigos del momento.
En el Reconquista todo estaba listo para recibir a los invitados. El aperitivo fue al aire libre en el patio y estuvo marcada por las felicitaciones, los abrazos y las conversaciones.
Colocamos dos protocolos de mesas: uno en el medio del patio y otro a la entrada del salón. Ambos tenían unas acuarelas pintadas por una amiga de la novia de lugares importantes para ellos. Elegimos un colorido suave para las flores para que los dibujos lucieran en todo su esplendor.
Os esperamos a la entrada del salón la semana que viene.
Fotos: Mercedes Blanco