La uva y sus colores I

Julia, la novia, es íntima amiga de una de nuestras hijas por eso nos hizo una ilusión enorme cuando nos contó que se casaba. Tras un cambio de planes por la pandemia, llegó el momento de celebrar su gran día en el Palacio de Meres.

La temática nos pareció apasionante: el mundo de la uva, ya que está estrechamente muy ligada a la historia de la familia del novio. Así que nos pusimos manos a la obra para hacer algo diferente y especial.

El ramo de novia era una propuesta muy delicada pensando en las telas antiguas con las que estaba hecho su vestido. Era muy sutil y tenía como protagonistas a los guisantes de olor blancos.

En la fachada de la capilla de Santa Ana adornamos las columnas de piedra, colocando unas bases con flores naturales que enmarcaban la entrada y arropaban la salida.

Sobre el Altar colocamos una guirlanda y dos torres de flores a ambos lados del Sagrario, creando la apariencia de un adorno único.

La tela estampada con la que cubrimos los reclinatorios y todas las flores que usamos estaban inspiradas en los tonos de la uva y eran ideales para la época del año en la que se celebraba la boda: primavera.

La semana que viene os enseñamos la celebración que fue igual de especial.

Fotos: JFK Imagen Social

La boda de Cristina y Javier II

Entre todos discurrimos la manera de cumplir las medidas de aforo que había en el momento y, a la vez, de hacer algo bonito. Por eso surgió la idea de colocar una carpa transparente en el jardín trasero, perfecta para el aperitivo y luego para el baile. También aprovechamos los distintos rincones que ofrecía el palacio para hacer que los invitados estuvieran cómodos y disfrutaran de todo lo que, con tanta ilusión, habían preparado los novios.

En ese momento, había un numero de comensales por mesa y tuvimos que discurrir una forma de poder sentar en la presidencial a todas las personas importantes para los novios. La solución final fue usar dos mesas y disimular la separación con una preciosa guirnalda de extremo a extremo.

Al final, las ganas de casarse y celebrar hicieron que ni la lluvia ni la pandemia pudieran empañar un gran día.

Fotos: Pelayo Lacazette

La boda de Cristina y Javier I

Esta fue una boda de otoño de 2020 que acabó encontrando una nueva fecha a principios de primavera del año siguiente.

A los novios les apetecía que la decoración estuviera inspirada en un bosque, así que lo que hicimos fue darle el colorido de la época para que todo se pareciera lo más posible a lo que habían imaginado cuando preparaban inicialmente su boda.

Lo que no cambió fue el lugar elegido, el Palacio de Meres con su preciosa capilla de Santa Ana, sus salones y jardines.

El ramo de novia estaba pensado para acompañar su precioso vestido, un diseño sencillo y romántico para el que imaginamos un ramo alargado, campestre y con aire despeinado.

Para decorar la capilla quisimos mantener el encanto que tienen los bosques, con sus flores a ras del suelo, la mezcla de ramas y hojas y esa luz tenue tan especial que nos ayudaron a crear las velas.

Nada más terminar la ceremonia, los novios se fueron a dar un pequeño paseo con algo de lluvia y una gran sonrisa como paraguas. La celebración os la contamos la semana que viene.

Fotos: Pelayo Lacazette