Nunca es tarde si la fiesta es buena

Bárbara cumplió 40 años en la pandemia y no pudo celebrarlo como merecía, pero no quería renunciar a una fiesta, así que su marido Sergio se propuso hacer inolvidable sus 40 más 1 y se involucró en cada detalle.

Para ello eligieron el Club de Tenis, un lugar donde han vivido grandes acontecimientos familiares. A la vez que le gustaba la idea de sentirse “como en casa” a Sergio le apetecía darle un aire distinto y sorprender a todos los invitados, especialmente a la homenajeada.

Fue un reto que iba mucho más allá de decorar, había que crear un ambiente, montar un fiestón, así que llamamos a alguien que sabe mucho del tema: David de Siapro y nos pusimos a trabajar mano a mano.

Nos contó lo que necesitaba: la pista cerca de la barra, una zona para pinchar y un escenario para un grupo que iba a tocar y empezamos a transformar el comedor, a mover muebles, a quitar cortinas y cuadros…

Dimos mucho protagonismo a las plantas porque aportan un aire fresco y se bañaron las paredes con luces que fueron cambiando a lo largo de la noche. También trajimos mobiliario diferente y creamos una zona Chill Out aprovechando la terraza del salón contiguo que hacía que el espacio quedara más amplio y despejado, perfecto para bailar.

Como a Barbara le encanta el queso, Sergio llamó a Aitor Vega para que preparara una selección de los mejores y así alimentar, junto a todo lo que habían preparado en el club, las ganas que tenían todos de pasarlo bien.

Nadie paró de bailar hasta las 4 de la mañana, y con tan solo recordar lo vivido, se les van los pies.

Fotos: Mercedes Blanco

Un viaje de inspiración a Paris

Todos los años hacemos este viaje para salir de la rutina, conocer las nuevas tendencias, llenarnos de ilusión y volver con la cabeza rebosante de ideas.

Suelen ser tres días muy intensos de visitar la calle, la ciudad, las tiendas de decoración y recorrer escaparates, que siempre dan muchas pistas de lo que está por venir.

No solo nos inspiran las flores, también los tejidos, la arquitectura y cualquier forma de belleza. Fuimos con los ojos bien abiertos, si parpadeábamos seguro que nos perdíamos algo.

Las floristerías son uno de los lugares que no pueden faltar y entramos a todas las que encontramos por el camino.

Además, este año la primavera estaba rebosante y eso se notaba en árboles y jardines, también en las terrazas y en el ambiente. El buen tiempo nos pone a todos de buen humor.

Ahora más que nunca toca reilusionarse. Empezamos una temporada muy esperada y hay que estar a la altura de los novios que con tantas ganas vienen a vernos para que les acompañemos en un día tan especial e inolvidable.