Gijón está lleno de rincones especiales, bueno, Asturias en general. Estamos rodeados de palacios y preciosos paisajes. Eso debieron pensar Lucia y Eloy cuando eligieron el Palacio de la Concepción para celebrar su boda.
Un lugar privilegiado con vistas de todo Gijón, unos salones perfectos para la ceremonia y para las fotos, y un comedor agradable para disfrutar con sus invitados de las propuestas de Deloya Gastronomía.
El ramo de la novia tenía volumen, creando un bonito contraste con su vestido de Nicolás Costura de líneas románticas e inspiración clásica. Llevaba rosas de distintos colores, peonias, hortensias y eucalipto.
Fue una de las ultimas bodas de invierno y eso preocupaba a la novia y a su madre, que querían que el tiempo no aguara la fiesta y que el hecho de celebrar la ceremonia en el interior no lo desluciera. Nos esmeramos para que ocurriera justamente lo contrario: que fuera preciosa e inolvidable.
Decoramos las distintas estancias del palacio, creando una atmósfera especial, a la altura de la felicidad e ilusión de los novios. Las velas acompañaban a la luz que entraba por las grandes ventanas. No había un rincón sin flores, desde las escaleras hasta el último rincón del salón: todo estaba decorado al detalle.
La ceremonia fue en uno de los salones, junto a dos grandes ventanales y una chimenea, muy propia para la época, en plena Semana Santa. Apostamos por una decoración en tonos verdes, con helechos y pequeños toques de color para que nadie echara de menos el jardín que rodeaba el Palacio.
Los invitados estaban muy cerca de los novios, así que fue una ceremonia muy emotiva y familiar. La disposición de los sofás y las distintas sillas y sillones hizo que resultara todavía más acogedor.
Los novios fueron recibidos a la salida del palacio por todos sus invitados y una lluvia de confeti y muchos abrazos.
Mientras empezaba el aperitivo, los novios aprovecharon para hacerse unas fotos y disfrutar de unos minutos de intimidad.
Todo estaba preparado para disfrutar de la cena. Los tonos eran muy similares a los del ramo del Lucia: verde, rosas y azules.
Fue una boda tan divertida como su tarta, tanto que con ella nos despedimos.
Este reportaje es de David Fernández, gracias por unas fotos tan bonitas.