La historia que os prometimos: Ana y Javi estudiaron en el mismo colegio pero se conocieron haciendo el Camino primitivo de Santiago, que empieza en Oviedo y ya sabéis donde termina. Es por eso que quisieron tener muy presente el viaje y el destino que hizo que nunca más se separaran.
El aperitivo se sirvió en el Patio de la Reina, ya que hacía un día espectacular. En el centro colocamos un protocolo de mesas que como os podéis imaginar tenía las distintas etapas del Camino que hicieron juntos.
A la entrada del salón volvimos a colocar otro protocolo de mesas que siempre va bien para recordar el sitio a los invitados y ahorrarles excursiones al exterior.
En el almuerzo utilizamos las flores y plantas del Camino: camelias, helechos, brezos y hiedra, colocadas en recipientes de piedra, algo también típico de la región.
Los novios y los padrinos comieron bajo un árbol que recreamos inspirándonos en los kilómetros de bosques y paisajes que se fueron encontrando.
La novia quiso dividir su ramo en cuatro partes: una para la hermana de Javi , para sus primos, entre ellos José, el próximo en casarse, y que lo recogió en solitario con mucha gracia porque su novia no había podido asistir. También les hizo una petición muy especial: que llevaran las flores a sus abuelas, algo que todos hicieron días después con mucha ilusión.
Fue muy divertido. Igual que ellos.
Fotos: Mercedes Blanco