Somos testigos de mucha felicidad porque estamos presentes en los momentos más felices de la vida de las personas, especialmente en la boda al que nadie se refiere como “el día más feliz” por casualidad. Pero lo de Silvia era impresionante, todos los días parecían el de su boda por su gran sonrisa.
Silvia y Pablo quisieron casarse en Oviedo a principios de otoño y quería una decoración propia de la época pero sin renunciar a la fuerza y la alegría del verano.
Así que empezamos demostrando con su ramo y el prendido del novio que los tonos agranatados no son apagados y que tienen mucha luz que ofrecer.
En la plaza de la catedral ejerció el novio de anfitrión y recibió a los invitados que habían venido desde distintos rincones del mundo. Y es que, cuando has vivido en varios países conoces a un montón de personas que por nada del mundo quieren faltar en un día tan especial.
La novia llegó con una enorme sonrisa y un precioso diseño de Lucia Inciera. Un vestido con un corte distinto, muy elegante y con enorme personalidad, igual que Silvia.
Decoramos San Tirso con centros de hortensias y aster. Y es que, antes de elegir, nos gusta estudiar la estética y las dimensiones del espacio para hacer algo apropiado. Ni todo vale para cualquier sitio y ni todos los lugares piden lo mismo.
¿Queréis ver más? La semana que viene os lo enseñamos.
Fotos: M2 Visual Studio