Terminamos 2016 viendo una boda nuestra publicada en la web de Telva y hemos querido empezar 2017 enseñandola en nuestro blog.
Hay novias que no solo llevan flores en el ramo también en la cabeza y hoy os queremos enseñar a una de ella: Ana.
Ana tenía mucho estilo y las ideas muy claras: sabía que quería llevar una corona y el pelo suelto. Así que nos pusimos a buscar flores y empezamos a trenzarlas.
Tenía que ser perfecta: ni muy grande ni muy pequeña, con algo de color pero sin pasarse…
Después de darle vueltas elegimos brunia, rosas feish, astilbe, eucalipto, limonium….
El ramo tenía las mismas flores e idénticos colores que el tocado y no podía quedar mejor el precioso vestido de otaduy que la novia eligió en Vintage bodas.
Quisimos darle un aire más silvestre y alegre. Con un toque otoñal pero alejado de los tópicos.
La ceremonia civil se celebró en la Salgar. Querían hacer algo muy campestre y eso fue lo que tuvieron: en medio de un jardín, rodeados de arboles y de sus invitados.
Hicimos unos centros con flores menudas en tonos malvas y rosas que contrastaban con el mobiliario industrial de la salgar.
Uno de los detalles diferentes es que los novios estuvieron toda la ceremonia mirando a sus invitados y eso hizo que fuera si cabe, más emotivo.
Al terminar la ceremonia los novios fueron recibidos con cientos flores de hortensias.
El otoño es una época preciosa para casarse, especialmente si nos regala días como aquel sábado.
En el Museo del pueblo de Asturias les esperaban todos los invitados. Juntos empezaron la celebración con un aperitivo en el jardín.
Ya en el interior, estaba preparada la cena. Utilizamos flores iguales a las de la ceremonia pero esta vez las colocamos en cestos de musgo y que hacían juego con el motivo de la papelería.
Y con las mismas flores con las que empezamos el post, terminamos.
Foto: Pelayo Lacazatte.