La boda de la hija de Carmen

Carmen es una de esas clientas fieles que no pasa una semana sin venir a comprar flores. Siempre llega con una sonrisa a buscar un ramo para tener su casa bonita y le tenemos un cariño especial, así que imaginaros la ilusión que nos hizo cuando nos contó que su hija Paula se casaba.

Paula vino a vernos y eligió, con la misma ilusión que su madre, las flores de su boda. Nos encantó el tiempo que dedicó a pensar cada detalle, sin prisa y disfrutando del momento.

Para su ramo nos contó que le apetecía una explosión anticipada de colores del otoño, así que mezclamos brezo, astilbe y delfinium.

La ceremonia fue el la Capilla del Rey Casto. Un lugar que nos encanta por lo recogido y especial que es.

La celebración fue en el Palacio de Valdesoto. Aprovechamos un árbol en la zona del aperitivo para hacer un sitting plan colgante con unas acuarelas pintadas para la ocasión y botecitos de cristal con flores, que daban un toque fresco perfecto para los últimos días del verano.

En el comedor creamos dos espacios, buscando separar de alguna manera la zona de la cena y el baile.

Montamos un bodegón ligero dando mucho protagonismo a la luz de las velas, que junto con la cortina de microbombillas del techo, creaban un ambiente muy especial. Los tonos del ramo de novia siguieron siendo protagonistas.

Fue una boda genial, llena de alegría y amor que los novios contagiaron a todos sus invitados.

Fotos: Mercedes Blanco.

Juntos somos mejores

El post de esta semana va sobre el trabajo en equipo. En una boda coincidimos muchos profesionales diferentes y es increíble como trabajamos codo con codo movidos por un único objetivo: que los novios y sus invitados disfruten de un día inolvidable.

Hay mucho trabajo previo, muchas reuniones, coordinación que no se ve pero que es fundamental para hacer que muchas piezas pequeñas acaben encajando en una sola.

Asturias está llena de grandes profesionales con los que es un gusto trabajar, en esta boda en el Palacio de Valdesoto coincidimos con algunos de los mejores: Siapro, Global Rent y el Real Balneario de Salinas.

Teníamos un gran reto por delante, una boda con muchos invitados en las que teníamos que aprovechar el exterior también y previsión de lluvia que se acabaron cumpliendo. Además, era en noviembre que ya hacía frío.

El aperitivo se planteó en dos espacios, uno interior y uno exterior: una espectacular carpa que unimos con la entrada del Palacio para evitar que nadie se mojara. Intentamos unificar los dos ambientes a través de la decoración que intensificamos especialmente en la carpa para hacerla acogedora, creando a través de la vegetación la sensación de estar en un agradable porche.

Todos los invitados pudieron disfrutar de la espectacular propuesta del Real Balneario en el que no faltaron las otras, el jamón y unos exquisitos aperitivos amenizados con música en directo.

Como eran muchos invitados, hicimos un gran sitting plan para ayudar a todos a encontrar su sitio. Los tonos tanto de las flores como de la papelería eran otoñados: rojizos, naranjas, verdes secos…y costaba casi diferenciarlos.

Tuvimos que ampliar el comedor por ser una boda grande. Trabajamos mucho para que la carpa que montó Global Rent en el jardín francés quedara como una extensión natural del comedor del palacio. Vegetamos ambos techos y Siapro incluyó micrombillas que daban una luz muy especial.

Al estar el techo adornado, nos decantamos por centros bajos para las mesas. Montamos centros diferentes para dar dinamismo, unidos por un hilo común, los colores. También colocamos velas que daban un ambiente muy especial porque, aunque era un almuerzo, al ser noviembre anochecía antes.

Los novios regalaron una imagen de la Virgen de Covadonga que nos gustó tanto que le pedimos una y la tenemos en la mesilla. Nos pareció muy original.

Fue una boda especular que acabó con una fiesta iluminada por Siapro y con la mejor música para disfrutar.

Foto:Adela Clavel

Todo de aquí y de ahora

Javier y María vinieron a vernos con tiempo, estaban preparando su boda y habían pensado en nosotras para la decoración. Nos hicieron una petición muy especial: querían más plantas que flores y que todo fuera autóctono. Quizás en esto influía la profesión del novio, que es biólogo. Nos pareció un reto muy atractivo y nos pusimos a pensar ideas en cuanto salieron por la puerta de tienda.

Para María creamos un ramo que parecía “recién recogido del campo”, despeinado y natural.

La ceremonia se celebró en la Iglesia de San Juan de Amandi. La entrada está al final de una calle en cuesta así que pensamos que sería bonito decorar mucho las escaleras para que se viera desde lejos.

 Al ser pequeña, todo resultó muy entrañable porque estuvieron muy arropados por sus testigos y con los invitados muy cerca.

Para la decoración utilizamos principalmente plantas y ramas, inspirándonos en la naturaleza y sus colores en esa época del año, así que estuvieron muy presentes la hiedra, los brezos, los helechos…

La celebración fue en Castiello de Celorio. El aperitivo, aprovechando el buen tiempo, se sirvió en el jardín bajo un manto de luces de verbena. Allí tuvieron tiempo de saludar a sus invitados y disfrutar de un ratito con ellos antes de la cena.

En el interior las luces seguían siendo protagonistas. Las velas colocadas en distintas alturas y formas nos ayudaron a crear un ambiente acogedor y romántico, queríamos que sintieran que estaban “en casa”, celebrando en familia y, como puede verse en las fotos, así fue.

Y todo terminó en la pista de baile hasta que las luces que lo iluminaron todo fueron las del amanecer.

Fotos: Cristina Cañibano