En las bodas no solo es importante la decoración. El protocolo y los tiempos hay que tenerlos presentes. Un aperitivo y un comedor bonito, sin logística, están cojos.
El protocolo de mesas tiene importancia operativa y también estética. Sirve como punto de partida para la temática o el colorido del banquete. Es una pista de lo que va a venir después.
Un rincón, un árbol, unas escaleras, una pared… cualquier espacio mientras sea visible es bueno.
Uno de los detalles que a veces olvida la gente, es que la función principal del protocolo de mesas es ayudar a la gente a encontrar su sitio, por eso es importante que la caligrafía sea legible y de un tamaño razonable.
Unas gafas siempre son muy bien recibidas, porque a veces, se dejan en casa para no ocupar sitio en el bolso o por coquetería.
Cada uno de los protocolos de mesas que hemos hecho en estos años, tiene su historia. Todo tiene un porque. Esa es nuestra conclusión y este nuestro repaso por algunos de los que hemos preparado en los últimos años, esperamos que os gusten.
Hay protocolos de mesa de surgen de una afición, como este, en el que intentamos recrear un paseo por el campo. La novia tenia pasión por los caballos y quisimos reflejarlo de alguna manera en su boda.
La pasión por la caza quedo patente en este otro protocolo, presidido por una imagen que traía grandes recuerdos a la familia, trofeos, helechos y esparragueras para recrear un bosque.
Un capote y los colores de Castilla ambientaban un protocolo donde las mesas estaban bautizadas con nombres taurinos, haciendo sentir al novio como en casa, pese a los cientos de kilómetros.
Fue una sorpresa y quizás una forma de compensarle por no poder haber ido a esquiar durante los meses previos a la boda. Dicen que él sonrió y que ya no se acuerda de aquella temporada lejos de las montañas.
Dicen que los padres de las novias no participan en la boda, pero los hay muy implicados y que se encargan de pintar acuarelas y poner a las mesas los nombres de los campos de golf más famosos del mundo. Tal vez sea una indirecta.
Dicen que el amor mueve montañas y es verdad porque trajimos al centro de Oviedo un pedazo de mar dentro de un cuadro de Cobian. El novio es un apasionado del surf y quería que en la boda tuviera su lugar.
A veces las bodas son grandes y en vez de un protocolo hay dos y como no nos gusta repetir permitimos con ayuda de Patricia de Rosas y baobabs que uno de ellos se subiera por las paredes…
Nos encanta también usar recipientes de cristal para llenarlos de flores y de vida.
Empezar la casa por el tejado, decorativamente hablando puede ser una bonita forma de darle un toque de color al aperitivo, incluso en días de lluvia.
Cada boda es un mundo y su protocolo de mesas, como habéis podido ver, también.
Fotos: Mercedes Blanco, Click 10, Valentín Cores, Momenta bodas.