La boda de Mila

Mila es una de nosotras, estuvo ayudándonos durante mucho tiempo. Cuando nos contó que se casaba, la tienda se convirtió en una fiesta, nos pusimos super contentas y empezamos a idear mil cosas.

A ella le apetecía que todo fuera sorpresa, así que fue muy divertido porque solo podíamos hablar cuando no estaba delante. Al conocerla tan bien nos resultó muy fácil idear una decoración especial.

Como la boda era en pleno invierno, pensamos en un ramo con un aire muy invernal, además al novio le encanta la montaña y nos pareció bonito que reflejara ese paisaje con sus verdes helados y el blanco de las primeras nieves.

La ceremonia fue en el Rey Casto, una capilla preciosa pero que tiene muchas limitaciones en cuanto a la decoración. Nos apetecía hacer algo importante, así que pensamos en dos grandes grupos de adornos a ambos lados de la verja y jugamos con la altura para que los novios estuvieran arropados.

La celebración fue en La Riega. Para el protocolo de mesas nos trajeron unas acuarelas pintadas por el tío del novio de distintos picos de montañas, así que lo ambientamos con un aire boscoso, con muchas hojas y ramas, cestos y troncos.

A Mila le apasiona Harry Potter y quisimos hacerle un guiño decorando la zona de la chimenea con muchas velas que parecían flotar por arte de magia.

También le gustaban las calabazas, y le llevamos decenas de ellas de todos los tamaños para dar un original toque de color.

Para que se sintieran como en casa la primera vez que se sentaban juntos a la mesa como marido y mujer, sus madres nos trajeron un mantel y distintas piezas de casa que utilizamos para la presidencia.

En el resto de las mesas alternamos dos propuestas distintas, ambas con muchas velas y dando gran protagonismo a los colores brezo, naranja y verdes.

Fue una boda muy especial, y es que ellos no merecían menos.

Fotos: Mercedes Blanco

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