Para la celebración eligieron el Club de Tenis, al que se llegaba desde la Iglesia de la Corte dando un paseo. Allí empezó un aperitivo en la terraza que está junto a las pistas mientras los novios aprovechaban para hacerse unas fotos y disfrutar de los primeros minutos de casados.
La novia se quitó el velo y se soltó la trenza con la que llevaba recogida su preciosa melena rubia.
El sitting plan surgió a partir de unos dibujos de María Abascal que al unirse creaba un dibujo precioso. Lo montamos sobre espejos antiguos y lo decoramos con copas de piedra y cestones llenos de brezos, hortensias, hiedra…
En el interior del club los salones estaban preparados para recibir a los invitados. Para el almuerzo elegimos un centro único de cerámica para las mesas manteniendo el colorido de toda la boda.
Fue una celebración llena de risas, de abrazos y de mucho, mucho amor.
Fotos: Álvaro de Reina