Una boda siempre es un momento muy especial para una familia y nosotros eso lo sabemos y además lo sentimos porque vivimos los meses previos y los nervios muy de cerca. Imaginaros cuando además conocemos a la novia de antes. Eso fue lo que nos paso con Alejandra y esta es su boda.
Para la ocasión llevó un diseño de Nicolás Costura con apliques de encaje en tonos gris. Ese detalle hizo que pensáramos en un ramo sobrio sin olvidarnos de las ganas que tenía la novia de llevar algo de color.
Mezclamos rosas de jardín, astilbe, eucalipto y algunos toques de gris plata. La sutileza puede resultar mucho más elegante que la evidencia y eso fue lo que intentamos con este ramo: que tuviera color y que no restara importancia al vestido en ningún momento.
Hay novias que van dando un paseo en vez de ir en coche porque la Iglesia está muy cerquita del sitio donde se han vestido. Eso y que dejara de llover hizo que el camino hasta el altar fuera algo más largo que la alfombra.
Una de las mejores cosas que tiene el otoño es la luz y eso fue lo que quisimos reflejar en el interior llenando todo de flores blancas de temporada: brasicas, hortensias…
Un día tan otoñal invitaba a una decoración que también lo fuera. Justo antes de las escaleras de RUA15 colocamos el sitting plan en un biombo y construimos un jardín a su alrededor con sus plantas, sus flores, sus hojas…un otoño entero metido en el recibidor del palacio.
En el salón apostamos por granates, rosas y verdes. Las velas daban calidez y un ambiente muy especial.
El otoño tiene mucho que celebrar.
Fotos: Pelayo Lacazette.