Agosto para nosotras

En general, agosto es sinónimo de vacaciones, pero nosotras solemos tener mucho trabajo. Suele ser época de bodas, pedidas de manos y comidas familiares en la que apetece poner flores. También, como se pasa más tiempo en casa, nos llegan peticiones para decorar pequeños rincones y es que los jarrones llenos dan mucha alegría.

Las flores son también muy socorridas para regalar a alguien que nos ha acogido en casa unos días o nos ha invitado a uno de esos planes tan apetecibles en verano que se sabe a la hora a la que empiezan, pero no a la que terminan. También para homenajear a quien cumple años, que en esta época del año no sabemos el día en el que vivimos y a veces olvidamos regalar.

Agosto no solía ser un mes con demasiadas bodas, pero este año cualquier momento es bueno para darse el “sí quiero”. Necesitamos celebrar más que nunca y nada mejor que el amor como excusa para reunirse.

Sea por lo que sea, si necesitas flores estaremos para ti.

El blog volverá en septiembre porque tenemos mucho que contaros y que seguir compartiendo con vosotros. Hasta entonces, felices vacaciones.

Las bodas no vienen solas

En el último post os contábamos con mucha ilusión como, poco a poco y con mucha prudencia, van volviendo las bodas.

Y muchas de esas bodas tienen una celebración previa que a nosotros personalmente nos encanta: la pedida. Una pequeña reunión familiar de la familia del novio y de la novia y que suele ser el día que más flores recibe una mujer en su vida.

A nosotras nos encanta recibir llamadas las semanas previas en la tienda para encargar los centros que van a llegar a casa de la novia ese día. Procuramos siempre que sean distintos y que tengan algún recipiente que luego le sirva para su nueva casa: un frutero de cristal, un jarrón…

De todos los centros, el que más ilusión nos hace preparar es el del novio que generalmente suele ser de rosas rojas y es el más importante de todos. La nota que le suele acompañar suele ser una mezcla de amor y nervios que nos enternece muchísimo.

La mañana de la pedida llevamos todas las flores que han encargado la familia y los amigos a la puerta de la casa de la novia y es muy, muy emocionante ver su cara cuando llamamos al timbre.

Además, de ser una forma de hacer llegar el cariño, dan mucho color y perfuman cada rincón. Esa estampa nunca se olvida.

Gracias por dejarnos formar parte de un momento tan inolvidable de vuestras vidas, nosotras tampoco lo olvidaremos.

Fotos: Maca Castaño.