Decorando una primera comunión

Este post empieza en una pequeña capilla que está en San Andres pero podría ser cualquier parroquia o colegio.

Cuando empezamos a pensar la decoración, tuvimos claro que queríamos hacer algo acorde a lo que iba a ocurrir allí: una comunión. De ahí el protagonismo de las flores blancas, el significado de las espigas y el adorno de la Virgen, ya que mayo es su mes.

Enmarcamos la entrada de la capilla con hiedra, paniculata y ramas floridas para que lo vieran los familiares y amigos que siguieron la ceremonia desde la puerta por falta de espacio.

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Nos pareció una idea bonita trenzar una guirnalda  para rodear la imagen de piedra. También hicimos ramos silvestres para llenar los jarrones que pusimos en el altar.

Cuando terminó la misa, atravesamos el jardín hasta la casa. Allí adornamos distintos rincones para la ocasión: lo que alegro la vista y la cámara.

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Después de las fotos, de los regalos, de los besos de las abuelas (barra de labios incluida), de enseñar el vestido a las amigas…llegó el momento de sentarse a comer.

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Para los niños teníamos pensada una mesa en el jardín, pero la lluvia no estuvo de acuerdo. Así que tuvimos que trasladarla al corredor.

Quisimos hacer algo especial para ellos, donde fueran totalmente protagonistas. Mónica eligió manteles en colores alegres y servilletas diferentes pero coordinadas. Como la mesa era alargada, pensamos en pequeños jarroncitos  y tazas llenas de flores.

Cati preparó una comida que hizo las delicias de los pequeños: con hamburguesas, croquetas, mini pizzas  y Patricia escribió el menú con un diseño sencillo, inspirado en la tela de las servilletas.

El rincón con chucherías colocado de una manera especial. Duró tan poco que a Mercedes casi no le dio tiempo a hacer las fotos.

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Para los mayores preparamos el comedor. Un lugar tranquilo y agradable, lejos de ruidos y lleno de recuerdos. Aprovechamos la consola y la repisa de la chimenea para colocar flores. No queríamos que fuera igual que la mesa de los niños pero sí que mantuviera ese aire primaveral y alegre que tienen las celebraciones donde los niños son protagonistas.

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Cati nos propuso un menú tipo buffet y nosotras nos pusimos a pensar para hacer algo diferente.

La mesa del comedor era tan bonita que nos dio pena cubrirla con un mantel y decidimos dejarla desnuda. Acercamos una mesa auxiliar y reconvertimos una estantería para ganar espacio.

Mónica pensó en bajoplatos provenzales, vajilla inglesa y servilletas de flores. Estilos diferentes que supo armonizar bien y que mezclamos con plantitas y flores de colores vivos y primaverales.

Aprovechamos para sacar esas piezas que todos tenemos en casa y que nunca encontramos ocasión: la comunión es un buen momento para disfrutar de lo que no usamos habitualmente.

Pero la diferencia con la mesa de los niños no solo estaba en la decoración y el espacio, también en el menú. Cati preparo un almuerzo exquisito que hizo las delicias de la cámara y también del paladar (algo de lo que podemos dar fe).

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A los niños les encanta jugar después de comer y cuando se cansan, suelen ir  a la mesa de los mayores. Y a los mayores les encanta después de comer tranquilos, recibir la visita y los correspondientes besos de los pequeños.

Así que el postre, para delicia de ambas partes, se comió en la mesa de los mayores. Una tarta especial y cuya receta es uno de los secretos mejor guardados. Lo que desde luego ya no lo es, fue su fantástico sabor.

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Después de la tarta, los mayores tomaron el café y los pequeños volvieron a sus juegos, y es que pocas cosas hay más divertidas que mirarse en el reflejo de una jarra. Una de ellas es ver como se miraban.

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Primera comunión entre flores.

Ha empezado la primavera y no sólo viene cargada de flores: las primeras comuniones son protagonistas de esta época y de las imágenes de un trabajo muy especial que queremos enseñaros hoy.

Todo empezó hace tiempo. Charlando con Cati Tartiere, que comenzaba con su blog “estamlaqueyolodiga”pensamos que estaría bien hacer algo entre amigas.  A todas nos encanta lo que hacemos y también estar juntas, por eso nos pareció una idea preciosa mezclar las dos cosas y hacer esta sesión.

La casona de San Andrés y su luz, hacía tiempo que había enamorado a Mercedes Blanco  así que… decidido; recrearíamos una primera comunión de niñas en una “casona asturiana”. Mónica que, además de presentar unas mesas maravillosas, lleva toda la vida con nosotras, sería la encargada de diseñar y trenzar  las coronas de flores que acompañarían los vestidos de nuestra amiga  Marta García-Conde. Cati se ocuparía de dar forma a los menús . Avisamos a Patricia Ibarrondo, que hace una papelería ideal y Patricia Avilés que hace unas medallas más que bonitas. Semanas más tarde, en San Andrés,  pasamos un sábado estupendo y eso que llovía a mares.

Como sabemos que las madres están deseando tenerlo todo organizado, hemos decidido empezar hablando de las niñas y la semana que viene de la decoración.

50Cuando en la tienda planteamos una corona o tocado, una de las primeras cosas que pensamos es que las niñas son niñas y, aunque al principio están muy quietas, luego no paran de jugar y moverse. Eso fue lo que nos llevó a buscar flores que parezcan naturales pero que en realidad no lo son. Así ellas pueden disfrutar sin tener que preocuparse.

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Si el vestido elegido tiene algún detalle en color, se puede usar como punto de partida para las flores. Los de Marta García-Conde nos inspiran coronas muy especiales. Nos encanta que venga a la tienda a enseñarnos trocitos de puntillas, encajes antiguos y cintas con las que hace los vestidos. Es una artista y trabajar mano a mano con ella es siempre un placer.

África y Marina, estaban ideales con las cintas de terciopelo a juego de sus coronas en fucsias, rosa viejo, granates… Parece mentira lo que favorecen las flores en la cara de estas niñas.

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Mónica sabe perfectamente lo que le favorece a su hija, le hizo a África una corona de hiedra que bajaba por sus hombros como la que sube por las paredes de la casa.  La pintamos un poco de dorado para que encajara perfecto con los toques de oro del vestido. Marta eres una artista.

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La mirada de Ceci quita el habla. Es una niña intensa y encantadora.La media  corona con hortensias secas  rositas y flor de arroz, no le podía quedar mejor. Daba gusto verla posar para su madre…

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Clara tiene una cara preciosa. Llevaba una corona de rosas y eucalipto verde grisáceo a juego con el día y con la cinta del vestido. Que encajara también con el color de la contraventana prometemos que fue casualidad!

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Los clásicos vestidos de comunión, enteramente blancos, se prestan a alegres contrastes.  Para los que llevaban María y Paloma pensamos en ranúnculos, peonias, cosmos, mimosas, alelíes…

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Princesas convertidas en top-models por un día.

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Desde luego, no se puede negar que somos un equipo: Cintas, coronas, medallas, verdes, dorados, malvas…. cada cosa en su sitio y Mercedes recogiéndolo todo con su cámara.

No podemos olvidarnos de las hermanas e invitadas de las niñas que reciben la primera comunión, que viven con mucha emoción ese día y también quieren formar parte. Por eso hemos pensado en algún detalle más pequeño pero igualmente especial.

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Hay tantas posibilidades que no pudimos fotografiarlas ni hacerlas todas. Lo mismo pasó con los colores y las mezclas de flores. Los diseños pueden ser más grandes, más pequeños y colocarse de una forma u otra: coronas, tocados, medias coronas, prendedores…

Aunque una imagen vale más que mil palabras, y si os apetece que vuestras niñas vayan así de guapas ese día lo mejor que hacéis es pasaros por la tienda con ellas y que se prueben las coronas. Tenemos muchísimas  y un espejo enorme para que se miren y se miren y se miren….

Con Mónica estaréis en las mejores manos. Ella es capaz de hacer auténticas maravillas y de dar vida a las flores de una manera especial. La ocasión así lo merece.

Queremos dar las gracias a Ceci, Marina, África, Clara, María y Paloma por su sonrisa constante, por lo bien que aguantaron el frío sin quejarse, por lo fácil que fue trabajar con ellas, por aguantar con los vestidos puestos sin arrugarlos y por salir tan guapas en las fotos.Y también a Marta y a Mónica por vestirlas, desvestirlas, peinarlas, despeinarlas y cuidarlas todo el día.