Para Dani y Carla día 31 no solo es nochevieja, también es su aniversario de boda. Hace doce meses daban la bienvenida al año y a su nueva vida rodeados de familia y amigos en una celebración navideña. Fue en Rua Quince y hoy queremos revivirla en el blog.
Una de las cosas que recordamos de los preparativos fue lo involucrado que estuvo el novio. Dani participó en cada una de las decisiones que se tomaron y eso nos encanta. Las bodas son cosa de dos.
Carla nos pidió un ramo y una corona que tuviera los colores típicos de la época, también unas pulseras para sus damas de honor. Pensamos en algo en los mismos tonos pero con distintas flores para que fueran combinadas pero no iguales.
Ellos pensaron que la mejor manera de recibir a los invitados era con un árbol gigante. Decoramos uno natural con flores frescas, hortensias, acebo, piñas y luces. Sin árbol no hay Navidad y ellos querían que fuera más Navidad que nunca.
La ceremonia civil fue en el Patio de las Columnas. Pensamos en dos apliques con abeto, piñas y acebo para enmarcar a los novios, que se colocaron bajo una bola de muérdago, para seguir teniendo esa suerte que tuvieron al conocerse.
En el pasillo fuimos alternando faroles, cestos con piñas y flores de pascua, creando un camino de luz y color.
Estas fechas despiertan una ternura especial y si a eso le sumamos las emociones propias de la boda, el resultado es el que fue: sonrisas enormes, abrazos largos y mucha alegría.
Querían cenar en el jardín y así fue. En una carpa transparente de Global Rent y bajo la luz cenital que instaló Siapro. Había doce mesas y cada una tenía el nombre de un mes del año. La mantelería de M viste tu mesa era en tonos verdes, salvo la de la mesa presidencial. Estaba colocada en el centro y tenía una decoración diferente: bajoplatos, servilletas y velas colgantes. Ningún detalle se dejó al azar.
Fue una boda. Fue una fiesta. Fue nochevieja y también fue inolvidable para todos los que estuvieron allí.
Eso sí que es terminar el año bien y empezarlo mejor.
Ojalá todos tengamos la sensación que tuvieron ellos hace un año.
Las fotos son de Martín Valle.