Una boda en el Palacio de Cutre

Estamos viviendo una etapa muy entrañable en la que, muchas de las bodas que decoramos son de amigos de nuestros hijos o de hijos de nuestros amigos.

Ver entrar por la puerta de la tienda a “niños” que hemos visto crecer a contarnos que se casan nos hace una ilusión tremenda y ponemos todo el entusiasmo en proponerles algo especial para su gran día.

Cecilia y Guillermo son amantes de la arquitectura y la decoración y disfrutaron mucho de todos los preparativos, implicándose y eligiendo hasta el último detalle. Les apetecía que todo fuera frondoso y verde, así que decoramos la catedral en esos tonos.

La novia llevaba un vestido muy especial: el de su madre, algo que nos pareció emocionante, ya que además era una creación de nuestra amiga Cova Plaza, a la que echamos mucho de menos porque es una gran artista.

La celebración tuvo lugar en el Palacio de Cutre y fueron los primeros que inauguraron la carpa, que ha quedado espectacular. Un gusto ir a trabajar allí.

El aperitivo fue en el jardín, disfrutando del espectacular paisaje que es, para nosotras, una de las mejores decoraciones que existen.

En un entorno tan bonito, encajaba perfectamente la idea de jugar a que la naturaleza se hubiera colado dentro del espacio, haciendo que todo resultara espontaneo, igual que ellos que llegaron al banquete en vespa y con muchas ganas de celebrar.

En interior estaba decorado con muchas velas a distintas alturas, que daban un ambiente especial y seguimos dando gran protagonismo al verde, mezclándolo con pequeños toques de color para hacer contraste. Buscábamos una propuesta que resultara alegre y veraniega.

Fue una boda increíble, con unos novios entregados y muchas ganas de celebrar el amor.

Fotos: David Fernández

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