Una boda a todo color

Cuando Vanesa y Bea, Wedding Planners de the Dreams Factory, nos llamaron para hablarnos de esta boda, nos pusimos a pensar juntas como hacer que fuera un día inolvidable para los novios y sus invitados.

El escenario era maravilloso: La Riega y la época, de las mejores de año: octubre.

A Andrea le apetecía que su “algo azul” estuviera en el ramo y le hicimos una propuesta en tonos lavados con azul, malva, salmón… que quedaba delicado y con mucho movimiento. Para darle un toque más romántico lo atamos con una cinta muy larga azul que se movía al caminar.

A los novios les hacía mucha ilusión que se decorara la puerta de entrada al palacio y de alguna manera, de allí saliera todo lo demás, así que integramos el protocolo de mesas y un rincón para las fotos dentro de ese conjunto, haciendo que resultara todavía más espectacular.

El colorido era el propio de la época del año, en el que conviven el granate del brezo con los naranjas y los verdes ligeramente desgastados que ha dejado el verano. Una variedad cromática que nos apasiona.

Para el almuerzo se dispuso una mesa presidencial de madera lavada decorada con un camino con cacharritos y velas a dos alturas en color brezo que daban un toque romántico y acogedor.

El resto de mesas estaban vestidas con manteles en tonos neutros por lo que las flores variadas y ligeramente otoñadas resultaron una explosión de color.

Fue una boda en la que fue un gusto trabajar por lo bien organizada que estaba y lo mucho que disfrutaron los novios.

Gracias a Darío Martínez por las fotografías.

Todo de aquí y de ahora

Javier y María vinieron a vernos con tiempo, estaban preparando su boda y habían pensado en nosotras para la decoración. Nos hicieron una petición muy especial: querían más plantas que flores y que todo fuera autóctono. Quizás en esto influía la profesión del novio, que es biólogo. Nos pareció un reto muy atractivo y nos pusimos a pensar ideas en cuanto salieron por la puerta de tienda.

Para María creamos un ramo que parecía “recién recogido del campo”, despeinado y natural.

La ceremonia se celebró en la Iglesia de San Juan de Amandi. La entrada está al final de una calle en cuesta así que pensamos que sería bonito decorar mucho las escaleras para que se viera desde lejos.

 Al ser pequeña, todo resultó muy entrañable porque estuvieron muy arropados por sus testigos y con los invitados muy cerca.

Para la decoración utilizamos principalmente plantas y ramas, inspirándonos en la naturaleza y sus colores en esa época del año, así que estuvieron muy presentes la hiedra, los brezos, los helechos…

La celebración fue en Castiello de Celorio. El aperitivo, aprovechando el buen tiempo, se sirvió en el jardín bajo un manto de luces de verbena. Allí tuvieron tiempo de saludar a sus invitados y disfrutar de un ratito con ellos antes de la cena.

En el interior las luces seguían siendo protagonistas. Las velas colocadas en distintas alturas y formas nos ayudaron a crear un ambiente acogedor y romántico, queríamos que sintieran que estaban “en casa”, celebrando en familia y, como puede verse en las fotos, así fue.

Y todo terminó en la pista de baile hasta que las luces que lo iluminaron todo fueron las del amanecer.

Fotos: Cristina Cañibano

África en el corazón

Esta boda fue muy especial porque los novios quisieron que, aunque su boda se celebraba en Asturias, África estuviera muy presente.

Lola y Pedro colaboran con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol, Emalaikat en unos proyectos en Turkana, África. Ellos están muy involucrados y no se imaginaban un día tan feliz sin ellos, así que nos pusimos manos a la obra para reflejarlo.

El ramo fue un regalo de una amiga Cristina Matossian.

La ceremonia fue en la Capilla de Santa Ana y nos pidieron una decoración muy verde, así que pusimos dos árboles arropando el retablo y vegetamos todo el frente del altar.

Cubrimos los reclinatorios de los novios con un kitengue, que son las telas africanas que utilizan las mujeres para vestirse y que tienen un colorido muy especial.

El día fue soleado, así que disfrutar del aperitivo estaba garantizado. Para teñirlo de color, usamos como manteles los kitengues que nos había traído Lola de África y el resultado fue espectacular.

El protocolo de mesas era colgante y tenía como protagonistas las misiones en las que está trabajando la comunidad. Lola se encargó de la papelería y nosotras disfrutamos mucho dándole vida sobre una cortina vegetada.

Para los salones nos hicieron una petición muy singular, no querían macetas ni recipientes, así que pensamos una decoración en la que las flores nacían directamente de los manteles.

Tal y como querían, pudieron hacer el baile y la fiesta en el jardín.

Todo maravilloso, como ellos.

Fotos: Darío Martínez.

Echar raíces 2

Cuando una boda se celebra en una finca particular, vamos a verla y trabajamos con el catering y otros proveedores para encontrar el mejor lugar para ubicar la carpa.

En este caso, el mejor sitio era justo donde el padre de la novia tenía una huerta, así que ese año no pudo plantar nada. Para compensar esa “concesión” y a modo de homenaje, la decoración la hicimos con hortalizas y con flores asturianas.

Otro de los detalles que tuvo esta boda es que los novios querían una carpa transparente, pero al ser un almuerzo les preocupaba que el sol pudiera ser una molestia, así que recubrimos el techo con tela de camuflaje, logrando el menor impacto visual posible y que quedara bonito.  Para terminar de hacerla acogedora, colocamos cestos colgantes y enredadera.

Los novios quisieron hacer una mesa presidencial muy familiar y se sentaron también junto a sus abuelos y hermanos. La hermana de la novia les sorprendió con un discurso que les emocionó a todos y es que la boda es una excusa perfecta para decir todo aquello que las prisas del día a día nos hacen callar.

La fiesta también dejó sin palabras a los invitados y es que el amor hay que celebrarlo por todo lo alto.

Fotos: Mercedes Blanco

Echar raíces

Esta semana y la que viene os traemos un post muy especial de una boda que se celebró el año pasado en la finca de la familia de la novia. En la segunda parte entenderéis la razón por la que lo hemos titulado así.

La boda tenía tintes campestres y quisimos que la decoración girara entorno a esos motivos. También otros detalles como el tocado que llevaba la novia y su ramo, atado con cintas largas en los mismos tonos que las flores, que eran silvestres y con aire despeinado, buscando ese efecto espontaneo que tanto nos gusta de un “ramo que se hace mientras se da un paseo”. Además, los colores vivos favorecían mucho a la novia, que estaba preciosa con un sencillo y vaporoso vestido blanco.

Los novios eligieron para la ceremonia la Iglesia de Selorio, lugar donde la novia pasó y sigue pasando sus veranos.

Nos pareció una idea preciosa la de reflejar la naturaleza de los caminos que llevan a ella, así que recreamos una sebe en la fachada.

En el interior del templo colocamos dos árboles esbeltos a ambos lados del Sagrario y un adorno a los pies del Altar que parecía que trepaba.

La semana que viene os contamos un detalle que marcó la celebración y nos sirvió de inspiración para decorarlo todo.

Fotografía: Mercedes Blanco.

Hortensias azules II

A la salida de la Iglesia, les esperaba un día espectacular y un homenaje culinario de la mano de Casa Gerardo. Sombrillas abiertas y bebidas fresquitas fueron los mejores compañeros para los centros que habíamos preparado.

La papelería fue obra de María Vigil que interpretó las hortensias azules que tanto le gustan a Ana en un dibujo bonito y campestre y que nos inspiro un sitting plan con un aire muy relajado.

En el interior del palacio, tratamos de que los centros de mesas fueran una continuación de las acuarelas y reflejaran el verano y el campo.

Pero nada dio más color que el buen ambiente que se respiraba en la celebración. Ganaron las ganas.

Fotos: JFK Imagen Social

Hortensias azules I

Ana se casaba en julio y le apetecía una boda muy campestre y veraniega. El sol hizo su aparición y nosotras nos pusimos manos a la obra para reflejar aquello que nos había contado.

El ramo era totalmente “de prao” con flores que parecían recién cortadas de los jardines que rodean al palacio y que encajaban de maravilla con su alegría y juventud. Lo recibió durante los preparativos acompañado de una lectura cumpliendo una emotiva tradición.

Como es una enamorada de las hortensias azules quiso que estuvieran muy presentes en su boda, así que llenamos con esas flores tan nuestras la capilla de Santa Ana.

Toda la boda tenía detalles de ese color, desde su cortejo hasta los pétalos de hortensias que dejamos preparados para que les lanzaran a su salida. Las velas y los cestones completaban ese aire especial que se crea en esa época del año.

Los novios salieron, a pesar del día soleado, bajo una preciosa lluvia de pétalos de hortensias empapados de felicidad.

La semana que viene, os contamos más.

Fotos: JFK Imagen Social

Contra viento y marea

El amor nunca se rinde y estos novios son buena prueba de ello. Tuvieron que posponer la fecha, y un año más tarde les tocó cambiar el lugar de la celebración y algunos proveedores, pero lo que siempre se mantuvo fue su ilusión, su sonrisa y sus ganas.

Por todo ello y por las aventuras vividas durante los preparativos, nunca nos vamos a olvidar de esta boda en Santander.

La novia esta espectacular con un vestido de Always Basaldua. Cuando nos lo enseñó le propusimos un ramo diferente y delicado, que jugaba con distintas las distintas formas de las peonias, los guisantes de olor…

El lugar elegido para la ceremonia fue la Iglesia de Suesa, frente a la bahía. Su precioso retablo invitaba a colocar unos árboles para “acompañar tanta belleza”, sin eclipsarla. Las otras flores elegidas para la decoración fueron las hortensias en honor a la madre de la novia que estuvo super implicada en todos los preparativos y que, además, son tan típicas del norte.

Con la inmensa alegría de ser marido y mujer, los novios y sus invitados pusieron rumbo a la Finca de San Juan que fue donde finalmente se celebró la boda después de un cambio de planes cuando quedaba solo una semana por un confinamiento perimetral.

Fue toda una aventura que, lejos de sembrar el caos, hizo que todos los proveedores trabajáramos unidos para ayudarnos unos a otros y que todo saliera como las dos familias habían imaginado.

Como eran muchos invitados se montó una gran carpa en el jardín de la finca. Para hacerla más acogedora colocamos cortinas y centros con arboles que daban mucha frondosidad combinados con otros bajos en los que apostábamos por algo de color.

Fue épico, igual que todo el camino recorrido.

Gracias a todas las personas que pusieron lo mejor de si mismos para que todo saliera bien, fue un placer hacer equipo.

Fotografías: Pelayo Lacazette

Vanessa Abascal Wedding Planner, 14 cuerdas, Elevenmoments, HeyMickeyeventos, Amazingdeejays, Macavi Castelar, The Lightingshow, Bea Rozas.

Una boda muy asturiana

El 2022 será un año repleto de celebraciones y hemos querido inaugurarlo con una boda muy especial y llena de detalles “muy nuestros”, empezando por la ceremonia que fue en la Basílica de Covadonga.

Los novios venían desde Madrid y Cádiz a casarse y contaron con la ayuda de la madre de Marta para ir avanzando detalles con nosotras y que todo estuviera encauzado cuando vinieron ellos a vernos. Además, la novia tiene una empresa que nos pareció muy interesante y que consiste en una app para tener a mano toda la información de tu boda, así que todo fue muy cómodo para los invitados y que se llama Bobinette.

La Basílica cuenta con una decoración natural increíble que es el propio paisaje que la rodea, así que nos hizo falta poco para darle un toque especial. Colocamos unos cestones para enmarcar la entrada y salida de los novios y otro par a ambos lados del altar. Los llenamos con eucalipto, roble, hiedra, hortensias y aster, todo muy asturiano tal y como nos habían pedido. Esa misma combinación nos sirvió de inspiración para las coronas de las niñas de arras, que iban ideales con sus vestidos blancos.

El ramo de la novia estaba también inspirado en nuestros “praos” y llevaba margaritas y distintas ramas para darle un aire despeinado y natural.

Para celebrarlo, eligieron el Palacio de Rubianes, lugar donde además se alojaron con algunos familiares y amigos, viviendo una experiencia inolvidable. El día fue “muy asturiano” y disfrutaron de un aperitivo en el exterior servido por el equipo de Nacho Manzano con las mejores vistas.

Aprovechamos un rincón para colocar el sitting plan y que los invitados pudieran encontrar su sitio mientras saludaban a otros invitados y visitaban los distintos puestos de cocina en directo que habían preparado para sorprenderles.

La decoración del almuerzo era muy fresca y alegre, dando gran protagonismo al color verde que es el tono que define a nuestra tierra y metiendo dentro toda la naturaleza presente en el exterior. Por eso nos pareció una buena idea poner una decoración colgante mezclando ramajes y enmarcando la mesa presidencial.

Fue una boda inolvidable y que revivirán gracias a las fotografías de Días de vino y rosas

El invernadero lleno de flores

Hace semanas que nos despedimos de la nostalgia tan grande que nos acompañó durante meses, las bodas a las que tanto habíamos echado de menos volvían y con ellas la alegría y la ilusión que siempre les acompaña.

Foto: Tatiana Castañón

No vamos a negar que hemos pasado de cero a cien, pero adoramos este ritmo, ver la agenda llena, la tienda hasta arriba de flores y reencontrarnos con todos los compañeros del sector.

El baile de fechas ha terminado y empieza la fiesta de verdad. Los ramos de novia, los tocados para las niñas de arras, las decoraciones de la iglesia y los centros de mesas. Los bodegones de bienvenida en el aperitivo, los protocolos de mesa para que los invitados encuentren su sitio…

Vuelven las bodas y estamos felices de que el teléfono no deje de sonar, de ver la agenda llena de citas para concretar detalles y de novios que se animan ya a buscar fecha, la incertidumbre poco a poco va desapareciendo.

Las bodas de este año son muy esperadas y en las flores y en nosotras que somos quienes las ponemos se nota también.

Foto: Mick Diaz