Una boda a todo color

Cuando Vanesa y Bea, Wedding Planners de the Dreams Factory, nos llamaron para hablarnos de esta boda, nos pusimos a pensar juntas como hacer que fuera un día inolvidable para los novios y sus invitados.

El escenario era maravilloso: La Riega y la época, de las mejores de año: octubre.

A Andrea le apetecía que su “algo azul” estuviera en el ramo y le hicimos una propuesta en tonos lavados con azul, malva, salmón… que quedaba delicado y con mucho movimiento. Para darle un toque más romántico lo atamos con una cinta muy larga azul que se movía al caminar.

A los novios les hacía mucha ilusión que se decorara la puerta de entrada al palacio y de alguna manera, de allí saliera todo lo demás, así que integramos el protocolo de mesas y un rincón para las fotos dentro de ese conjunto, haciendo que resultara todavía más espectacular.

El colorido era el propio de la época del año, en el que conviven el granate del brezo con los naranjas y los verdes ligeramente desgastados que ha dejado el verano. Una variedad cromática que nos apasiona.

Para el almuerzo se dispuso una mesa presidencial de madera lavada decorada con un camino con cacharritos y velas a dos alturas en color brezo que daban un toque romántico y acogedor.

El resto de mesas estaban vestidas con manteles en tonos neutros por lo que las flores variadas y ligeramente otoñadas resultaron una explosión de color.

Fue una boda en la que fue un gusto trabajar por lo bien organizada que estaba y lo mucho que disfrutaron los novios.

Gracias a Darío Martínez por las fotografías.

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